Dolch (1952): "Ciencia del aprendizaje y de la enseñanza en
general". Nos dice claramente de qué trata, cuál es su objeto, sin añadir
nada más.
Fernández Huerta (1985, 27) apunta que la "Didáctica tiene
por objeto las decisiones normativas que llevan al aprendizaje gracias a la
ayuda de los métodos de enseñanza".
Escudero (1980, 117)
insiste en el proceso de enseñanza-aprendizaje: "Ciencia que tiene por
objeto la organización y orientación de situaciones de enseñanza-aprendizaje de
carácter instructivo, tendentes a la formación del individuo en estrecha
dependencia de su educación integral".
Por tanto, a la vista de lo anterior, podemos apuntar ya que la
Didáctica es la ciencia de la educación que estudia e interviene en el proceso
de enseñanza-aprendizaje con el fin de conseguir la formación intelectual del
educando. Parece que la Didáctica debería ocuparse de los procesos que tienen
lugar en un contexto curricular o institucional. ¿Recibirá con propiedad la
consideración de curricular una actuación en educación no formal? ¿Y en
educación informal? Nos inclinamos a aceptar esta consideración positiva en las
situaciones susceptibles de planificación y desarrollo. Mientras que en
aquellos casos menos organizados a priori, el aspecto didáctico puede estar
presente como concepción artística de la comunicación educativa, pero no tanto
como componente científico. En este último caso, que es el que corresponde a la
educación informal existen dudas sobre la plenitud del tratamiento didáctico.
La Didáctica, entre
la teoría y la práctica
No
hay nada tan práctico como una buena teoría, si bien hay que tener la práctica
de saber qué teoría hay que escoger (Poincaré).
Cuando
la teoría sirve poco para la práctica, no es por culpa de la teoría, sino
precisamente porque no hay suficiente teoría (Kant) La práctica es la mejor
maestra. (Cicerón) Siendo la enseñanza a la vez una actividad práctica y una
"ciencia práctica", se tratará de combinar adecuadamente el saber
didáctico –la teoría– con el hacer didáctico –la práctica– que consiste en la
realización del acto didáctico.
Para
Titone (1976), Didáctica es una ciencia práctico-poyética2 , una teoría de la
praxis docente. Se puede también considerar a la teoría de la enseñanza como
una teoría–práctica. El valor de la práctica de la enseñanza es muy grande. La
práctica se halla omnipresente tanto en las actividades de los alumnos como en
las de los profesores. Desde Dewey se destaca el papel de la experiencia: aprendemos
por experiencia. Y también enseñamos por experiencia3 . El peligro es la rutina
y la solución puede estar en la reflexión individual y colectiva. Es ya un
tópico decir que no hay mejor práctica que una buena teoría, como decían Kurt
Lewin y Henri Poincaré. También es frecuente oír que alguien diga: "Esto
estará muy bien en teoría, pero en la práctica, no funciona". Si una
teoría no sirve para explicar la realidad práctica, entonces es que se trata de
una mala teoría. Ciertamente, se puede ser un buen teórico y al mismo tiempo un
práctico deficiente, de la misma manera que también puede ocurrir lo contrario.
En la enseñanza, el pensamiento y las prácticas de los profesores están
obteniendo en este momento la máxima atención de los investigadores. Poco
valorado por los mismos interesados, hoy sabemos que es una fuente de
conocimiento profesional de primera mano muy valiosa. Separar la teoría de la
práctica tiene como consecuencia la consideración separada de los roles y la
distinta valoración, así como la consiguiente jerarquización entre los teóricos
y los prácticos. Es por esta razón que los prácticos desconfían de los teóricos
que ni les resuelven los problemas, y además se presentan ante ellos como unos
"expertos" que sin tenerles en cuenta van a decirles lo que deben
hacer.
La desconfianza se convierte en una sensación incómoda e incluso
amenazadora cuando se presentan revestidos de una autoridad académica, social e
incluso política. En cambio, cuando se ve con una proximidad o un estatus
socioeconómico similar, cuando el lenguaje utilizado deja de ser esotérico y no
se presentan revestidos de autoridad, los teóricos podrían trabajar junto con
los prácticos en una labor de reflexión y de investigación cooperativa
fructífera para todos. Mejorando la práctica. Grundy (1987, 115-116) considera
la actividad de desarrollo del currículum como una forma de praxis o acción
práctica según los principios siguientes: a. Los elementos constitutivos de la
praxis son la acción y la reflexión. b. La praxis tiene lugar en el mundo real,
no en el hipotético.
c.
La praxis se hace efectiva en el mundo de la interacción, el mundo social y
cultural.
d. El mundo de la praxis es el construido, no
el mundo natural. Juan Mallart: Didáctica: concepto, objeto y finalidad.
e. La praxis supone un proceso de construcción
de significados, reconociendo este proceso como construcción social. En
definitiva, habría que partir –con el reconocimiento de modestia que esto
supone– de la práctica para construir a partir de ella la teoría que podrá
influir a su vez en la nueva práctica reflexiva y mejorada. Zabalza, en la
introducción a la obra de Saturnino de la Torre (1993) expone magistralmente la
situación anterior y propone una solución actualizada. Según Zabalza, es
evidente que se ha venido actuando en Didáctica de acuerdo con el siguiente
esquema: teoría > práctica > teoría De forma que ha prevalecido un
"modelo de aproximación a la realidad en el cual predominan los discursos
teóricos y nominalistas, basados más en creencias que en datos
contrastados". La solución propuesta pasa por otro esquema: práctica >
teoría > práctica Esta estructura supera a la anterior porque "la
teoría se acomoda más a las condiciones de la práctica, surge como elaboración
justificada a partir del estudio de las prácticas y condicionada por las
características y variables, por la complejidad que caracteriza esas
prácticas" (Zabalza, en Introducción a de la Torre, 1993). Sin partir de
la práctica tendremos pocas posibilidades de poder incidir sobre ella para cambiarla.
La elaboración de una teoría de la enseñanza es una necesidad sentida por todos
los que cultivamos el área de la Didáctica. Se preconiza una Teoría de la
Enseñanza diferenciada de la Teoría del Aprendizaje, pero en estrecha relación
con ella. La teoría de la enseñanza es más amplia que la del aprendizaje porque
contiene mayor número de elementos. Pero dado su alto grado de inmadurez en
muchos aspectos, puede caer fácilmente en una pura aplicación a la praxis de
decisiones normativas procedentes de otras disciplinas o del mismo sentido
común. Ahora bien, si esta teoría de la enseñanza parte de la práctica real e
integra a la teoría del aprendizaje, puede servir para explicar el proceso de
enseñanza-aprendizaje, cómo ocurre, qué resultados logra en unas determinadas
situaciones socioculturales y personales. Hasta el punto de poder contribuir a
ordenar la acción de la enseñanza, es decir, ser más normativa que explicativa.
El aspecto teórico de la Didáctica está relacionado con los conocimientos que
elabora sobre los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Mientras que su
aspecto práctico consiste en la aplicación de aquellos conocimientos, en la
intervención efectiva en los procesos reales de enseñanza-aprendizaje.
1.4.
Características científicas, técnicas y artísticas
La Didáctica es una ciencia
práctica, de intervención y transformadora de la realidad. Hemos comprobado en
los elementos comunes a las definiciones de la mayoría de los autores de
nuestro país, que la consideran como una ciencia o una tecnología y algunos,
como un arte. Y es que algo tiene de cada uno de estos puntos de vista.
Didáctica general para psicopedagogos 8 a. Visión artística En su dimensión de
realización práctica, la Didáctica requiere de unas habilidades en sus agentes.
Habilidades que se acrecientan con la experiencia más o menos rutinaria. Por
medio de la tradición y de la intuición los didactas van resolviendo los
problemas prácticos de cada día. Así, tienen su inspiración, por este lado, en
los resultados obtenidos anteriormente, sin poder dar siempre razón de por qué
sucede así. Se repiten las mismas pautas de actuación. La valoración de la
dimensión práctica es indudablemente elevada y así ha de ser.
Rousseau, y
también Eisner (1982) y Stenhouse (1985, 44) han recurrido a la metáfora del
educador como jardinero. Ahora bien, el espíritu crítico y reflexivo debe
añadirse al artístico a fin de mejorar la propia práctica docente. Aclarar en
qué proporción debe intervenir el arte, la tecnología, la ciencia en la
Didáctica es de crucial importancia para planificar adecuadamente la formación
del profesorado. Porque repetir sin más modelos de actuación sin otra
justificación que el haber funcionado en otro momento o en otro contexto no
basta. Otra cosa sería, después de disponer de un buen repertorio básico de
respuestas matizadas, seleccionar por medio de la reflexión cooperativa entre
los diferentes agentes didácticos, aquellas que se consideren óptimas en la
situación presente. Discutiendo después el resultado de su aplicación. En definitiva,
tratar de aprovechar la experiencia del aula, incluso la que proporcionan las
situaciones menos exitosas. Mediante la reflexión individual y la cooperación
en grupo construir teorías que habrán surgido del análisis de la práctica de la
enseñanza.
Eisner (1982, 153-155) considera la enseñanza como una actividad
artística en varios sentidos: · Experiencia estética para profesor y alumno
gracias a la habilidad del primero y al resultado armonioso del conjunto. ·
Actuación del artista en el curso de la acción, adecuándose al clima creado y
combinando adecuadamente las intenciones previstas con los deseos del alumnado.
· La actividad didáctica no es rutinaria ni prescrita totalmente, sino sujeta a
contingencias impredictibles. La actuación docente puede ser innovadora,
apoyada en procesos reflexivos. ·
Los fines que se persiguen son a menudo
creados durante el proceso. Lo que hace imposible la aplicación rutinaria y
mecánica de normas, obligando a modificar fórmulas de actuación y a investigar
nuevas maneras de hacer. Esta visión artística de la Didáctica se contrapone a
la actuación tecnológica donde todo está más o menos previsto. b. Dimensión
tecnológica La naturaleza tecnológica de los conocimientos didácticos es algo
aceptado por la comunidad científica sin reservas. Un conjunto de conocimientos
es una tecnología si es compatible con la ciencia contemporánea y puede ser
controlado por el método científico. En suma, se llama tecnología a la técnica
que emplea conocimiento científico. Juan Mallart: Didáctica: concepto, objeto y
finalidad. 9 No hay que confundir esta dimensión tecnológica con el mero uso de
artefactos o ingenios tecnológicos, sino que más bien hay que referirla a
procesos orientados a mejorar la acción didáctica. Los procesos didácticos son
tecnológicos en el sentido de que están provistos de un soporte teórico
científico, es decir: se basan en teorías, o procesos ya comprobados y cuya
validez consta. Mientras el práctico o el técnico, aun el artista, puede hacer
algo bien porque ha comprobado en su práctica que así sucede aunque no sepa por
qué, el tecnólogo conociendo las razones de la actuación, puede variar la
respuesta porque dispone de otros modelos.
Tiene capacidad de adaptación a nuevos contextos. La Didáctica no es, no puede ser y no debe ser una mera aplicación práctica de conocimientos, principios, teorías, normas... elaborados en el seno de otras disciplinas. Aunque utiliza datos procedentes de la Psicología y de la Sociología, entre otras ciencias, también en el seno de la intervención didáctica se va creando un corpus de teorías. Pero la actividad práctica de cada día en el aula no puede desarrollarse según un patrón tecnológico, como si todo estuviese ya previsto. Un aula, como todo conjunto o medio en el que intervenga el ser humano, no puede estar sujeta a comportamientos preestablecidos de antemano. Ante situaciones no previstas, sólo cabe la respuesta reflexiva basada en teorías científicas pero llevada a cabo en el momento con predominio del elemento artístico. c. Carácter científico La Didáctica cumple criterios de racionalidad científica con tal que se acepte la posibilidad de integrar elementos subjetivos en la explicación de los fenómenos. Por otra parte, posee suficiente número de conceptos, juicios y razonamientos estructurados susceptibles de generar nuevas ideas tanto inductiva como deductivamente. Es un cuerpo de conocimientos sistemáticos por el grado de estructuración, orden y coherencia interna de sus conocimientos.
El peligro de fragmentación y acumulación descoordinada de datos existe. Pero se puede admitir un razonable y creciente grado de reflexión y práctica consciente que, sustentándose en teorías a menudo explícitas, está en camino de conseguir un corpus cada vez más compacto de conocimientos lógicamente encadenados. La Didáctica tiene un carácter explicativo. Como toda ciencia, la Didáctica explica los fenómenos que se relacionan con su objeto (el proceso de enseñanza-aprendizaje) en términos de leyes y principios que se van superando sucesivamente. En efecto, describe los fenómenos: cómo son, en qué circunstancias se dan. Y explica su esencia o razón de ser. Pero falla a veces en la claridad y en la precisión de las explicaciones. Este carácter abierto de la Didáctica se traduce en la provisionalidad de sus postulados, encontrándose con los conocimientos en continua revisión por parte de aquellos que deben aplicarlos. La posibilidad de verificación de los conocimientos didácticos es la característica científica más difícil de cumplir y de comprobar. A pesar de los esfuerzos realizados hasta ahora, el desarrollo de este campo ha quedado resuelto de manera insuficiente por lo general. También por ello quedará restringida la capacidad de generalización.
Tiene capacidad de adaptación a nuevos contextos. La Didáctica no es, no puede ser y no debe ser una mera aplicación práctica de conocimientos, principios, teorías, normas... elaborados en el seno de otras disciplinas. Aunque utiliza datos procedentes de la Psicología y de la Sociología, entre otras ciencias, también en el seno de la intervención didáctica se va creando un corpus de teorías. Pero la actividad práctica de cada día en el aula no puede desarrollarse según un patrón tecnológico, como si todo estuviese ya previsto. Un aula, como todo conjunto o medio en el que intervenga el ser humano, no puede estar sujeta a comportamientos preestablecidos de antemano. Ante situaciones no previstas, sólo cabe la respuesta reflexiva basada en teorías científicas pero llevada a cabo en el momento con predominio del elemento artístico. c. Carácter científico La Didáctica cumple criterios de racionalidad científica con tal que se acepte la posibilidad de integrar elementos subjetivos en la explicación de los fenómenos. Por otra parte, posee suficiente número de conceptos, juicios y razonamientos estructurados susceptibles de generar nuevas ideas tanto inductiva como deductivamente. Es un cuerpo de conocimientos sistemáticos por el grado de estructuración, orden y coherencia interna de sus conocimientos.
El peligro de fragmentación y acumulación descoordinada de datos existe. Pero se puede admitir un razonable y creciente grado de reflexión y práctica consciente que, sustentándose en teorías a menudo explícitas, está en camino de conseguir un corpus cada vez más compacto de conocimientos lógicamente encadenados. La Didáctica tiene un carácter explicativo. Como toda ciencia, la Didáctica explica los fenómenos que se relacionan con su objeto (el proceso de enseñanza-aprendizaje) en términos de leyes y principios que se van superando sucesivamente. En efecto, describe los fenómenos: cómo son, en qué circunstancias se dan. Y explica su esencia o razón de ser. Pero falla a veces en la claridad y en la precisión de las explicaciones. Este carácter abierto de la Didáctica se traduce en la provisionalidad de sus postulados, encontrándose con los conocimientos en continua revisión por parte de aquellos que deben aplicarlos. La posibilidad de verificación de los conocimientos didácticos es la característica científica más difícil de cumplir y de comprobar. A pesar de los esfuerzos realizados hasta ahora, el desarrollo de este campo ha quedado resuelto de manera insuficiente por lo general. También por ello quedará restringida la capacidad de generalización.
Podemos
resumir estos tres enfoques de la Didáctica en la figura siguiente:
ARTESANO Práctica empírica
Praxis
ARTISTA Inspiración y
belleza HACE
TECNÓLOGO Sabe el porqué de
su actuación Busca conocer para hacer mejor
SABE HACER
SABE HACER
CIENTÍFICO Busca conocer por
conocer Teoriza: genera abstracciones SABE
Clasificación interna de la Didáctica.
Didáctica General
La
parte fundamental y global es la Didáctica General, ya que se ocupa de los
principios generales y normas para dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje
hacia los objetivos educativos. Estudia los elementos comunes a la enseñanza en
cualquier situación ofreciendo una visión de conjunto. También ofrece modelos
descriptivos, explicativos e interpretativos generales aplicables la enseñanza
de cualquier materia y en cualquiera de las etapas o de los ámbitos educativos.
Aunque debe partir de realidades concretas, su función no es la aplicación
inmediata a la enseñanza de una asignatura o a una edad determinada. Se
preocupa más bien de analizar críticamente las grandes corrientes del
pensamiento didáctico y las tendencias predominantes en la enseñanza
contemporánea (Mattos, 1974, 30). b.
b. Didáctica Diferencial
Llamada
también Diferenciada, puesto que se aplica más específicamente a situaciones
variadas de edad o características de los sujetos. En el momento actual, toda
la Didáctica debería tener en cuenta esta variedad de situaciones y hallar las
necesarias adaptaciones a cada caso. Por tanto, estrictamente, la Didáctica
Diferencial queda incorporada a la Didáctica General mientras ésta llegue a dar
cumplida respuesta a los problemas derivados de la diversidad del alumnado.
Bien es cierto que, en algunos Teoría de la Educación Historia de la Educación
Educación Comparada Teoría curricular Teoría de la escuela Organización Escolar
Orientación Escolar Tecnología Educativa Didáctica Sociología de la Educación
Psicología de la Instrucción Psicología de la Educación Práctica del currículum
Juan Mallart: 13 casos como con alumnado de necesidades educativas especiales,
se exige una adaptación profunda de las estrategias a utilizar. Pero no es otro
tipo de Didáctica, sino una aplicación a casos especiales.
c. Didáctica Especial o Didácticas específicas
Trata de la aplicación de las normas
didácticas generales al campo concreto de cada disciplina o materia de estudio.
Hoy día se utiliza también la denominación de Didácticas específicas,
entendiendo que hay una para cada área distinta: Didáctica del lenguaje, de la
matemática, de las ciencias sociales o naturales, de la expresión plástica, de
la educación física, etc. 3.
Objeto
de estudio y de intervención de la Didáctica: El proceso de enseñanza-aprendizaje.
Toda
ciencia tiene un objeto material (quod) y un objeto formal (quo). El primero es
la misma realidad que estudia. Y el segundo se refiere al enfoque o perspectiva
desde la cual se contempla el objeto material. El objeto material de la
Didáctica es el estudio del proceso de enseñanza-aprendizaje. Y su objeto
formal consiste en la prescripción de métodos y estrategias eficaces para
desarrollar el proceso mencionado. Muchos autores consideran que el objeto de
la Didáctica es –simplemente– la enseñanza o bien, como objeto formal, la
instrucción educativa (Oliva, 1996, 58). En algunos casos, a ello añaden otros
elementos, como Benedito (1987, 10), quien apunta también como el contenido
semántico que es objeto de la Didáctica: · la enseñanza, · el aprendizaje, · la
instrucción, · la comunicación de conocimientos, · el sistema de comunicación,
· los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Para
Ferrández (1981, 68) el objeto formal de la Didáctica es “la actividad
docentediscente con los métodos adecuados”. Otra manera de denominar el proceso
comunicativo, bidireccional que tiene lugar en cada acto didáctico. O, dicho de
otro modo: el proceso de enseñanza-aprendizaje que acontece cuando están en
relación un docente y un discente (o más de uno) en la que el primero
selecciona y utiliza diversos procedimientos, métodos o estrategias para ayudar
a conseguir el aprendizaje del segundo.
Zabalza (1990, 139) considera el amplio
campo conceptual y operativo del que debe ocuparse la Didáctica y se refiere a
un conjunto de situaciones problemáticas que requieren la posesión de la
información suficiente para la adecuada toma de decisiones. Cita los siguientes
problemas: · la enseñanza, como concepto clave, · la planificación y el
desarrollo curricular, · el análisis en profundidad de los procesos de
aprendizaje, · el diseño, seguimiento y control de innovaciones, · el diseño y
desarrollo de medios en el marco de las nuevas tecnologías educativas, · el
proceso de formación y desarrollo del profesorado, · programas especiales de
instrucción. Evidentemente, esta lista es bastante más exhaustiva que las
anteriores. Pero es porque ha llegado a un grado mayor de concreción y
especificación práctica de la realidad, lo cual nos muestra la variada gama de
actividades y problemas de los que se ocupa la Didáctica y en los cuales estos
conocimientos son útiles y aplicables. En el fondo, si llegamos a un grado
mayor de abstracción y generalización, podemos ver que se trata de procesos de
enseñanza-aprendizaje en su sentido más amplio. Si la Didáctica es la ciencia
que tiene por objeto el estudio del proceso de enseñanza aprendizaje, como
decíamos antes, éste será su objeto principal. Pero no sólo de estudio, sino
también su ámbito de actividad práctica. La teoría de la enseñanza y del
aprendizaje (Unterrichtstheorie) equivale actualmente a la Didáctica en los
países germánicos e incluye a la teoría curricular (Klafki, 1980, 1991). Así,
pues, también se puede considerar que el objeto de la Didáctica es el estudio,
elaboración y práctica del currículum.
Pero esta manera de formular el objeto
de la Didáctica no es en el fondo muy distinta del proceso de
enseñanza-aprendizaje. A este respecto, nos dice Estebaranz (1994, 69): “Hoy
nos planteamos la pregunta ¿cuál es el objeto de la Didáctica? ¿es la teoría y
tecnología de la enseñanza? ¿o del currículum? ¿o es que hablamos de una misma
cosa desde distintas perspectivas?”. Efectivamente, hemos constatado que no
hablamos de cosas distintas, aunque haya sus matices (Mallart, 2000a).
Ferrández (1984) distingue el objeto material del formal. Destaca la enseñanza,
con sus elementos representados en las caras de un tetraedro: discente,
docente, método, materia. Como objeto formal se explicita "la actividad
mecánica, semántica o sintáctica del docente-discente, con matriz bidireccional,
que emplea el método más adecuado a cada acto didáctico" (Ferrández, 1984,
239). En el proceso de enseñanza-aprendizaje habrá que considerar estos
elementos: la relación docente-discente, método o conjunto de estrategias,
materia o contenido del aprendizaje... y el entorno sociocultural, en su dimensión
más próxima.
A la que habría que añadir los elementos culturales propios de la
comunidad en la que esté incardinada la escuela. Ferrández coincide así, con
los elementos fundamentales para tomar las decisiones relativas a la
elaboración del currículum según Schwab (1978), que son: alumno, profesor,
entorno y materia. Lo importante será la relación entre la enseñanza por una
parte, y el aprendizaje por otra. Se repite hasta la saciedad que no tendría
sentido la enseñanza si no provocase el aprendizaje. Pero también se debe
reconocer que el grado de efectividad de la primera es tal que no siempre se
puede asegurar que la enseñanza sea la causa de todos los aprendizajes.
Finalidades de la Didáctica.
La Didáctica presenta una doble finalidad, tal
como han puesto de manifiesto la mayoría de los autores, especialmente Zabalza
(1990, 54), Bolívar (1995, 110) o Uljens (1997, 112). La primera finalidad,
como ciencia descriptivo-explicativa, representa una dimensión teórica. La
segunda, como ciencia normativa, es su aspecto práctico aplicado y consiste en
la elaboración de propuestas para la acción. Quedó claro en el apartado
correspondiente que no es posible separar ambas dimensiones. La teoría y la
práctica se necesitan mutuamente en el caso de la Didáctica. Sería inimaginable
la una sin la otra.
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